Mamá cerdita se fue
y no sabemos por qué.
Grandullón, mediano y pequeñín,
se quedaron sin casa y sin violín.
Los tres cerditos construyeron
una casa como pudieron.
Pequeñín se hizo una casa de paja,
donde solo cabía él porque era muy baja.
Mediano se hizo la casa de madera,
porque así es más duradera.
De ladrillo se la hizo Grandullón,
para que no entre ningún ladrón.
Apareció el lobo
y como no es bobo,
a la casa de Pequeñín se acercó
y de un soplido la derrumbó.
Pequeñín asustado corría
y a casa de Mediano acudía.
El lobo, muy enfadado,
la casa de Mediano también ha derrumbado.
Los dos cerditos fueron a casa de Grandullón
porque era su única salvación.
Dijo el lobo: ¡Mejor, así me como a los tres
y tendré comida para todo el mes!
Con una excavadora vino satisfecho
de derrumbar el techo.
A los tres cerditos les dio mucha pena,
e invitaron al lobo a una cena.
Así fueron felices
y comieron perdices.
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