lunes, 29 de noviembre de 2010

El caballero Arnaldo

Al Caballero Arnaldo le gustaba comer las setas asadas con la salsa de la carne. Un buen día, como uno de cada tantos, se sentó en la mesa dispuesto a engullir tal delicioso manjar, pero...
¡cuál fue su sorpresa cuando vió pasar, por delante de sus narices, un pequeño roedor dispuesto a comerse todo aquello que piyase.
Arnaldo, decidido, se levantó de la mesa, y se dispuso a dar un punta pie al ratón, cuando de repente, pegó un tropezón, con la mala suerte de caer justo encima de la mesa, en la cual se encontraba su delicioso manjar...(Judit de Ancos)
Entonces desgraciadamente se manchó entero y lo que es peor manchó entero su traje por lo que lo tendría que llevar al tinte. Además a la hora de caerse tuvo la mala suerte de romperse una pierna. Inmediatamente hizo llamar a su sirviente y le dijo que llamara una ambulancia y.... (Derek Levene)
Como como ya todos sabemos,en la Edad Media no existían ambulancias tal y como las conocemos hoy. Asi que ya os podéis imaginar.......la ambulancia era un burro!!!.Asi que montaron a Arnaldo en el burro y se lo llevaron a casa de don Mateo, el único médico que existía en el reino. (Rocío Barrón)
El viaje hasta la casa del doctor Mateo fue bastante complicado. Pese a todo, la escena era bastante graciosa. El sirviente andando al paso del burro mientras llevaba estirada la pierna derecha de Arnaldo. Su madre se lo había advertido en muchas ocasiones.
- "Arnaldo, cuando veas un ratón no intentes perseguirlo. Son muy rápidos y escurridizos! (Javier Rodríguez)
Cuando llegaron a la casa del médico, Arnaldo notó que le pinchaban, y después perdió la consciencia. Cuando despertó estaba atado a una mesa, y no podía moverse de ninguna manera. Mateo le miraba con ojos salientes, y reía como un loco. En sus manos tenía una sierra ensangrentada. "¿Qué ha ocurrido? - preguntó el asustado Arnaldo." "Hemos tenido que extirpar - contestó Mateo sin dejar esa risa burlona." ¿Extirpar? ¿Extirpar qué? (Virginia de la Fuente Moreno)
Al levantarse de la camilla de ese antro infernal, tenía multitud de cicatrices.
Le habían extirpado el bazo, un riñon y un pulmón; ya que según el médico se habian dañado mucho al caer contra la mesa.
Arnaldo se quedo pensativo, no creía que hubiese sido un golpe tan contudente.Pensó en un artículo reciente que leyo en el Diario de la Corte acerca del tráfico ilegal de órganos que se estaba llevando a cabo en el Reino en estos últimos años.
Así que disimuladamente se acercó a su sirviente y le dijo que tuviese preparada su espada, y su machete. (Miguel Gómez)
Arnaldo cogió la espada y se fue en busca del médico que le había operado. Cuando se encontro con el empuñó su espada,le puso el filo en el cuello y le dijo:-Ahora voy a quitarte a ti los órganos que a mi me faltan matasanos!(Andrés Lázaro)

Reflexiones de un ratón

¡Me encanta este sitio!, es el mejor que podido encontrar en esta casa para esconderme, nunca pensé que en un lugar tan pequeño pudieran caber seis cajas de botas y varios juegos de mesa. Lo mejor de todo son las mañanas, cuando no hay nadie aquí, llamo a mis amigos ratones y jugamos al cluedo o al monopoly. Antes me lo pasaba muy bien poniéndome los vestidos de las muñecas pero Marta hace un tiempo se los llevó; ¿dónde estarán?.
Aunque eso no fue lo peor, el golpe más duró me lo lleve cuando fui a coger mi coche rosa descapotable, ¡tampoco estaba!, desapareció y con él toda la diversión que creaba en mi cuando me recorría el pasillo en él montado, que buenos momentos…
Se nota que la dueña de la cama se va haciendo mayor, tampoco están sus diarios metidos en cajas, los ha cambiado por carpetas con folios de un tal “Ces Don Bosco”, ¿quién será ese?, seguro que un aburrido porque no me río ni la mitad de lo que me reía cuando leía esos diarios, con estos apuntes sólo me entra sueño y ganas de salir corriendo, lo más trágico es que cada día trae más.
Odio los lunes, la madre de Marta siempre pasa la aspiradora y yo tengo que salir corriendo para que no se enteren de que estoy aquí, seguro que gritarían y querrían matarme. Siempre se cuando llega la hora de la limpieza porque se oyen muchas voces y las cajas empiezan a ser sacadas, entonces aprovecho para ir a la cocina y comerme las miguitas de queso que encuentro, también para aprovechar la luz del sol, ya que debajo de esa cama hay un tacto oscuro entre mi ser y mi mundo.
Otra peculiaridad de este recóndito lugar donde habito es el calor que sale del suelo en pleno diciembre, a veces siento que voy a arder, sin contar las veces que casi me muero del susto cuando de repente el suelo habla solo, aunque ahora ya me voy acostumbrando. Intento entender lo que me dice pero no lo logro averiguar, esta madera hace unas cosas más raras… es como una especie de chirrido, yo pienso que este es un sitio mágico, por eso me gusta tanto estar en él.
No voy a terminar sin antes recomendaros vivir en este lugar, es algo genial que todos deberíais probar.